Hace ya más de un año que empecé a escribir, hablar e informar a mis alumnos, compañeros y amigos acerca de lo que tarde o temprano sucedería, porque hoy, tras rechazar 718 de las 727 enmiendas presentadas, el gobierno se dispone a pasar la última página de este cuento de miedo, de desigualdad y de exclusión que mañana comenzará a hacerse "más realidad" en nuestras aulas y en nuestras casas.
Evidentemente, la LOMCE no habla de promover una escuela democrática, inclusiva, superadora de desigualdades, etc. No; habla de mejorar pruebas PISA, de separar, de mejorar la empleabilidad... sin tener en cuenta que una sociedad libre y democrática debe primar y reforzar la cultura y la educación como motores de cambio, de progreso y de desarrollo, y no tratar a las personas como ganado al que hay que pesar, medir, clasificar y separar para después explotarlo. Eso tiene un nombre: esclavitud.
La LOMCE a la que hoy darán el carpetazo definitivo habla también de la "dignificación de la profesión docente como imprescindible para la mejora de la educación", y yo me pregunto: ¿se dignifica la profesión bajando el sueldo, eliminando la paga extra y empeorando las condiciones laborales, pero con un "carnet de profesor o profesora" que me señale como autoridad? Además, la autoridad nos la ganamos día a día, con nuestros actos, que son los que más enseñan -mucho más que las palabras-, no con un estatuto... a no ser que el gobierno quiera que desde pequeñ@s nuestros hijos e hijas se acostumbren a obedecer a quien ejerce la autoridad por imposición, no a quien la gana con su ejemplo.
Tras más de un año de acciones reivindicativas, de charlas, de concienciación... me queda la satisfacción de poder mirar a la cara a mi hija y a mis alumnos y alumnas con la satisfacción de haber hecho todo lo que he podido para que esta ley no se aprobara y, sobre todo, de haberles enseñado con mis actos que se puede (todavía se puede) decir NO, que se pueden hacer las cosas de otra manera y que es posible ir, día a día, transitando por caminos que nos llevan hacia la libertad.
A partir de mañana comienza un nuevo cuento para mí y para quienes tenemos el convencimiento de que la palabra Educación se escribe con F de familia, con C de compromiso, con S de sociedad, con I de igualdad y con L de libertad.
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